Me despierto en medio del viaje con voces que rodean mi tonto despertar. Temas intrascendentes revoloteaban en forma de referencias a antiguos momentos. Comparaciones con mi persona cuando aún no contaba con tanta facilidad para parecer serio, ya empieza a quedar lejos todo aquello.
Cuando mi mirada se filtra por el enorme tamiz imperceptible a mi derecha, una delgada línea llena el camino; una línea de dos colores.
El azul, color del amor, amor por los sueños, lo inalcanzable, el cielo como objetivo y meta, y el cielo como paraíso donde perderte en un mar de placeres y sensaciones geniales.
Naranja, color de la sensatez, sensatez del lugar que protagonizas, lo real, la realidad como escenario donde las herramientas de que dispones a veces no son suficientes, a veces parecen que te las ha entregado un troll con muy mala ostia.
La sensatez y el cielo se unen en esa delgada linea que casi gira sobre sí misma al tratar de medir su espesor. Los colores desaparecen, no existen fronteras, y los sueños y la realidad se se asocian para hacerme volar, imaginar, y recrearme dentro de mis posibilidades en un interesante camino que caminar. Un camino que caminar esa es mi línea.
...viajando en Ríos después de dormir cero una noche de proyectos...
14 noviembre 2008
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4 certezas:
Me gusta el azul como metáfora del amor, me gusta la nostalgia querida, noche de nostalgia, veo.
Me encantan tus letras y, sobre todo, tus sueños. Gracias por echarme un poquito de menos, me has hecho sonreír y sentir algo bonito. Un gran besazo!
"Un camino que caminar esa es mi línea"
...no te detengas...me gusta verte andar...
Y cuando la línea se rompe, ¿qué nos queda?
Besos brujos!
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