25 abril 2010

Entre el mercado

El viernes en clase, una compañera nos trajo una referencia muy chula que me dejó patidifuso (si es que esa palabra significa algo). Si no lo conocíais espero que os guste y sorprenda tanto como a la mayoría de los que estábamos allí.



¡Ale! ¡Todos a comprar melones y abanicos de nuevo!

22 abril 2010

Aprendiendo de Benidorm

Mal que pese a algunos, Benidorm efectivamente se ha convertido en una de las ciudades de referencia en el ámbito turístico a nivel mundial. A nivel nacional ya lo conocíamos todos, y aunque va quedando relegado para los españoles, sigue teniendo en nuestra mirada un lugar privilegiado.

Benidorm, bajo la batuta del director Pedro Zaragoza desde los años cincuenta, ha sabido crecer en la dirección adecuada hasta situarse en el papel que hoy en día tiene en el paisaje. Sin duda alguna, lo que más llamaba la atención de Benidorm era su inconfundible perfil. Esa cresta se elevaba sobre las tierras de este levante osando al Mar Mediterráneo, proponiendo una nueva estampa en el paisaje del lugar y dando la espalda al resto de municipios alicantino y valencianos en la morfología y materialización de su filosofía. Ese Benidorm que tantos detractores se ha ganado entre aquellos que no querían mirar más allá de la primera lectura, hoy se reivindica y defiende con un argumento claro y conciso: no se trataba de un órdago a ese mar siempre pacífico, sino de una suave, elegante y rompedora forma de salvaguardar los intereses de la conservación de nuestros suelos, de nuestros paisajes naturales y, sobre todo, del registro de una nueva identidad social y seña.


Y es que de Benidorm hay mucho que aprender. Se trata de una ciudad que para todos nosotros tiene una lectura muy característica. Probablemente nos traiga a la mente palabras o destellos como sus edificios de gran altura, la playa, los guiris, la fiesta tanto para jóvenes como pera jubilados,...etc. Benidorm, además de todas estas referencias, es un municipio. Este término ya nos recuerda a algo más cercano, algo más parecido a ese lugar en el que todos vivimos. Y es que al fin y al cabo en Benidorm reside permanentemente un gran número de habitantes, un número de habitantes que son quienes hacen posible que la economía benidormense volcada en el turismo, se sustente con una fiabilidad a prueba de crisis.

José Miguel Iribas es un sociólogo muy estrechamente relacionado con el mundo de la arquitectura y el urbanismo. Ha trabajado con importantes nombres dentro del nuevo paisaje arquitectónico que está surgiendo en los últimos años, y desde esa posición, cuenta de una manera genial en una de las últimas publicaciones de Arquitectura Viva lo que ha ocurrido en esta ciudad durante la segunda mitad del siglo que hemos dejado atrás.

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"A los pocos días de su muerte, The Economist publicó la necrológica de Pedro Zaragoza. ¿Cómo un alcalde franquista de un pequeño pueblo alicantino merecía el único obituario que la revista británico-americana publica por número? Desde luego, nada parecía presagiar semejante distinción cuando accedió a la alcaldía de Benidorm sin haber cumplido los 30 años..."

"Su contribución al turismo (la de Pedro Zaragoza) se basó en tres postulados visionarios: en primer lugar, su íntima e indesmayable convicción de que el planeamiento urbanístico era la clave fundamental en la conformación del producto..."

"En segundo lugar, y antes que nadie en España, creyó en el turismo de masas y les dotó de un modelo urbanístico correlativo. Actuó de acuerdo con esa utopía iluminada, y, junto con una generación sobresaliente de pioneros, desarrolló las bases para la construcción de la nueva ciudad.

En tercer lugar, intuyó la necesidad de ser tolerantes con las costumbres extranjeras: la anécdota de su coriácea defensa del biquini revela su convicción anticipadora de los efectos directos y colaterales del turismo. Una anécdota ahora simpática, pero en su momento dramática, pues la aprobación del sintético bañador le costó tres amenazas de excomunión, un problema extraordinario para la época, especialmente para un alcalde franquista. Por último, y esto es menos conocido, su sensibilidad medioambiental por la preservación de algunos espacios paisajísticamente importantes (la Sierra Helada y la retaguardia territorial de Poniente) y por la urgente e inopinada declaración de la isla como zona verde (que la salvaguardó de proyectos devastadores)."

"Benidorm constituye, junto con Las Vegas los dos únicos ejemplos de modelos turísticos claramente singularizados. La ciudad americana, desdeñando el espacio urbano, confía su oferta a la potencia de sus instalaciones hoteleras. Benidorm, por el contrario, afirma su proyecto a partir de la intensidad de su vida urbana y define su personalidad urbanística a partir del espacio público: en la actualidad, los turistas pasean por la ciudad durante más tiempo del que emplean en la playa. ..."

José Miguel Iribas
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Este señor es un crack. Pudimos disfrutar de él en clase cuando vino a darnos una mini-conferencia... y es todo un lujo. Pocos habréis llegado hasta el final, pero si os interesa, en los enlaces de arriba está el artículo completo :)

PD: Gracias por tus ánimos bloggeros Ire!!

19 abril 2010

Por Haití una vez más

Ya tiene imágenes la canción compuesta y producida con el objetivo de recaudar fondos para esta causa que no queda en el olvido. Con Carlos Jean a la cabeza, muchos son los artistas y personalidades los que se vuelcan por algo con sentido. Entre ellos, OBK, lo cierto es que no reconozco la voz de Jordi en la canción, pero deben haber participado en la producción con total seguridad. En el vídeo hay algunas tomas de ellos^^

Y con algo solidario y alegre me despido hasta quién sabe cuando. ¡Cuídense ustedes!


07 abril 2010

Parque de La Ereta

Vuelta a las andadas. Yo pensaba que me había jubilado, pero parece ser que no puedo hacerlo. Había un cierto desánimo en dejarme caer por aquí. Y lo cierto es que de vez en cuando me decía a mi mismo... "Esto podría comentarlo en bienvenido a la incertidumbre", pero no. Así que tengo vagas historias o cosas que me gustaría encajar por aquí, pero se van a quedar en ganas.

Lo que no se va a quedar en ganas es mi paseo compartido por el Parque de La Ereta, en Alicante. Se conoce que es uno de esos lugares realmente atractivos y agradables que existen en esta ciudad, hay quien dice que hay pocos, hay quien dice que hay alguno. Este parque se aproxima a las iniciativas que pienso que deberían de darse más a menudo en nuestras ciudades; la recuperación de espacios ricos en identidad, historia y carisma. Lugares con fuerza y orgullo de ser como son que en cambio se vacían y deshacen en forma de espacios con aspectos lamentables y desentendidos. Eso es en lo que les hace caer el olvido.
Pero bueno, dejando de lado este pequeño incidente mental que he sufrido, yo me había animado por todo lo contrario. El Parque de La Ereta fue un gran descubrimiento hace unos días. Además de descubrir los refrescantes rincones del Santa Cruz de Alicante (aunque con numerosos escalones y pendientes, jeje), descubrimos en la travesía que por allí cerca andaba una rehabilitación y proyecto de un profesor nuestro de la Escuela, Miguel Salvador Landman. Entre dos mundos muy distintos, el de la muralla del castillo de Santa Bárbara y el barrio Santa Cruz, éste último con sus vecinos que viven a ritmo de grito, la inevitable relación con los patios andaluces, geranios y blancas paredes, aparece el Parque de La Ereta.

Me gustó entrar desde la parte de atrás. Me sorprendió mucho más encontrarme con todo aquello de repente, sin saber la forma que tendría y los aparentemente mil caminos que podía elegir, que si lo hubiera hecho desde abajo, la parte de delante. Esto fue totalmente azaroso, así que no tiene ningún mérito. Pero a día de hoy, habiendo podido ver plantas y demás dibujos de proyecto de este espacio, me quedo con la primera sensación.

Paco Fabregat

Después de la pertinente parada en el acceso para coger fuerzas, me parece entender que tengo muchas opciones a elegir, y que más vendrán más adelante (ésta última es la mejor). Escojo una de ellas, para qué darle importancia a la elección. El cansancio que pueda provocarme la pendiente se disipa con lo sorprendente de cada paso, cada mirada a lo que voy dejando atrás, y cada descubrimiento de nueva senda entre los arbustos y rocas. Me engancha no saber que puedo encontrarme, me encanta recorrer pasos estrechos y pararme de vez en cuando par alargar el momento. Al llegar al mirador que se encuentra en lo más alto, imaginad el asombro, puedo ver Alicante entero, puedo sentirme súper pequeño ¿verdad?, tocar el mar con las manos, y estirarme bien... pero también puedo ver que todavía me queda mucho parque por recorrer y descubrir, así que después de otra pertinente parada, me decido a descubrir los diferentes espacios que se van sucediendo ladera abajo; podemos tumbarnos sobre madera curvada, fotografiarnos junto a varias situaciones, descansar, besar el agua que recorre normalmente los estanques, o en su defecto a tu acompañante, puedes tomar una siesta u observar a ese señor que pasea a su divertido perro igual que tú paseas al pequeño explorador que llevas dentro. Al final,y sin darte cuenta, habrás llegado a la gran pérgola de madera que quiere ser mar, sí, para que también le acaricies. Sería un error irte a casa en ese momento, ahora que conoces la columna vertebral del parque, lo mejor será que te pierdas entre la ladera de los olivos o subas a conocer el resto de rincones que esconde. Pero bueno, eso si todavía te quedan fuerzas.

Y creo que esto es todo lo que puedo aportar a día de hoy. Creo que estoy un poco frío todavía, y no es para menos, después de que una gran duda de identidad bloggera haya arremetido sobre mí. Así que me disculpo a mí mismo y prometo que si vuelvo a traer una visita (que lo haré) será con fotografías propias, y más dedicada.


"
Y ahora sólo me queda entender
que todo sigue igual que ayer
que no crezco ni con duros
ni con ostias ni con fe
Que me conformo con tu sonrisa
con que alimentas mis días
empezaré a fingir... que ya no soy así
"
diciembre 2005