Los dos cogidos de la mano

"No quiero que crean ustedes que Jane era un témpano o algo así sólo porque nunca nos besábamos y todo eso ni nos enrollábamos mucho. No lo era. Por ejemplo, siempre nos cogíamos de la mano. No parece gran cosa, lo sé, pero para cogerle la mano era estupenda. La mayoría de las chicas a las que les coges la mano dejan la mano como muerta o creen que tienen que moverla todo el rato porque piensan que si no vas a aburrirte todo el rato o algo así. Con Jane era distinto. Íbamos al cine o algo así y enseguida nos cogíamos las manos y no nos soltábamos hasta que terminaba la película sin cambiar de posición ni darle una importancia tremenda. Con Jane ni siquiera tenías que preocuparte de si te sudaba la mano o no. Sólo te dabas cuenta de que eras feliz. Eras feliz de verdad."

Estoy leyendo El guardián entre el centeno en un acto de generosidad de mi tiempo. Pero bueno... parece que está siendo un acto de generosidad conmigo mismo. Está resultando ser muy emocionante y que me deja cositas como esta. Las manos. Cómo me gustan las manos. Cómo me ha gustado siempre ir de la mano; de pequeño cogido de la mano de mi madre siempre, cuando íbamos de excursión en primaria a algún lugar de la ciudad... con la incertidumbre de si me cogería de la mano de aquella niña que tanto me gustaba para ir en parejas, cuando iba muy ciego y acabé paseando de la mano de uno de mis amigos, cuando paseé con mi chica de la mano con una buena expresión en la cara...

A todos creo que nos ha podido pasar esto. Las manos son muy bonitas y te pueden hacer feliz.

PD: No se me juzgue por el careto de A. Sanz en primer plano