Olor a correr

Qué divertido ver tormentar en estas ciudades nuestras. Yo no estaba en mi casa natural, sino en mi rincón del verano. Estaba solo cuando el cielo se puso violento, lo que agrava más el sentimiento de reciprocidad. No había acabado de merendar a las 16.00...cuando empezaron a caer unas bolsas de agua sobre el toldo que PeriquitoCopón no hubiese sido capaz de soportar.
Moco de algún pavo no eran.
Y yo salía al balcón a ver aquello....MAL. Me pegó un castañazo la cartulina gris de allá arribotas a modo de relámpago sin compasión...que me quedé con las peloticas temblando a la altura de los hombros. Así que entré de nuevo hacia la salita donde estaba el tazón de leche con cereales azucarados...mmm...
Pero es que el sonido me gustaba mucho...así que salí de nuevo a enfrentarme a aquello (con una buena cucharada de cereales en la boca, eso sí), me senté en la silla que mi padre utiliza para comer en verano (cosa que no entiendo porque es de hierro muy incómoda) y me quedé mirando por debajo de la horizontal que el toldo me permitía atravesar.
Las gotas caían gritando y el viento le pegaba unos meneos a los árboles de la selva de enfrente...que no me hubiese gustado ser pajarete ese día. Y de repente un aroma a Boliche en invierno entró a mi balcón. Ya pudo tronar y relampaguear aquella cartulina gris, que yo quedé embobado mirando por debajo de la mencionada horizontal...y recordándome corriendo por los antiguos descampados que antes habitaban las visuales desde mi balcón. Ya pudo tronar.

Esta canción está sonando últimamente por las radios españolas, no sé quien la versiona, tampoco me interesa. Yo la conocí hace varios años bastantes de la voz de Matari, un chaval de aspecto bastante discutible...pero que habla de muchos recuerdos que con la lluvia... vienen y van.