06 septiembre 2008
Los ancianos y sensibles pinos
De espaldas a la vida. Puedes decidir no mirar atrás, pero también no mirar adelante. No mirar atrás es muy recurrente, es un tipicismo diría alguien indocumentado, pero yo pienso que no se trata de eso.
Hoy soy un joven eldense inmerso en mis estudios y todavía travesías semi-adolescentes junto a mis amigos, junto a invitados sorpresa, junto a mi familia. Mañana puedo estar inmerso en una lucha por respirar, o inmerso en una lucha por ser valorado por mi forma de sonreír. La línea que lo separa tan solo mide un segundo. Un segundo que quizás no podamos localizarlo jamás en la línea del tiempo, tampoco podremos anticiparnos a él. De esta manera a mi me suelen dar arrebatos y de repente levantar bien la cabeza, ignorar las piedras que a la espalda me silban y golpean, fijarme en lo que mi rango de visión es capaz de controlar y en lo que mi rango de amar es capaz de controlar. Entonces es cuando disfruto de lo que me está sucediendo.
Estos ancianos árboles le llevan dando la espalda al viento de levante en esa finca en Bcn, una finca con mucha historia, cargada de aventuras. Los pinos se dieron la vuelta y arroparon a las familias que en ella han vivido, que todas las mañanas amanecían con su mirada puesta en ellos, y decidieron amar a sus simpáticos humanos a pesar de las piedras del viento de levante.
Casa La Ricarda
Yo tenía entendido que había algún problema con la orientación hacia la que los arbolitos se oponen. El viento traía algún tipo de sustancia de algunas industrias que habían mucho más allá, o algún tema similar...me re-enteraré de por qué estaban así:D
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1 certezas:
deberiamos de aprender algo de esos arbolitos...
un beso!
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