Hace unas semanas estuve jugando una pachanguita sabadera con algunos amigos. Últimamente éstos se reunen los sábados por la mañana para hacerlo, y aunque suelo tener excusas varias para no ir, aquel día sí que lo hice. Me encanta jugar con ellos, es diferente a hacerlo en el campeonato donde se masca más tensión [me acabo de hacer el bueno, ¿eh?]. Aún así, a mi me gusta ganar hasta al "cara o cruz", y aquel día mi equipo y yo perdimos.
- ¡Tío Ales! Que bajona... al final hemos perdido, y lo teníamos hecho.
- Ya te digo, al final nos la han hecho.
- Prrr, que feo acabar así. Te quedas jodido.
- Sí, pero dura tres minutos. Ahora en ducharte se te ha olvidado todo.
Que conversación tan intrascendental... estaréis pensando. Me llegó tanto aquel "ahora en ducharte se te olvida todo"... que a día de hoy, semanas más tarde, lo pienso muy a menudo.
Recuerdo cuando era pequeño, y teníamos partido en el cole los sábados por la mañana también. Por aquel entonces yo era un paquete destroyer de los que sería mejor para la humanidad que se hubiera quedado en casa aquel día, pero aún así me jodía perder y más habiendo sido un lastre para mi equipo. Y es curioso... pero llegaba a casa, me duchaba... y ya está. Ser un paquete y perder desaparecían de mi horizonte.
Ayer tuvimos una entrega "fuerte" en la Universidad. Y digo fuerte entre comillas porque lo mío fue más bien un saco de destrozadas líneas, como cuando es el minuto 25 de la segunda parte de mis partidos de Liga, y me llega un balón para hincar al portero, y no aspiro a más que a quitármela de encima con un ortopédico golpeo que, con suerte, sale por la línea de banda... Así me fue a mi.
A eso de las 19.00, seguíamos en clase. Yo luchando por no dormirme y por que nadie mirase mis láminas, y el resto de clase discutiendo los trabajos que habían merecido la pena. En ese momento pensé... "Bueno Fran, no pasa nada, ahora llegas a casa, te duchas y se te olvida todo." Y en ese momento fui feliz. Se había terminado la tortura por unos días y, efectivamente, al llegar a casa mi madre me daría un beso como siempre, me ducharía y nada importaría.
A mi madre es que le da igual, me da besos lo haga como lo haga ^^
Así que la cuestión de los malos tragos, es PASARLOS. Que no es poco. Ducharse y levantar la cabeza. Ya vendrá otro partido que se pueda ganar y, con suerte, hasta marcar.
¡¡Se me olvidaba!! ¿A que venía el título? Os estaréis preguntando... Es que uno de mis profesores ayer saco la siguiente referencia arquitectónica...
Impresionante la referencia, ¿verdad?
Ah, y al final, apuntó que no había de qué preocuparse, que el vehículo contaba con un sistema para la evacuación de aguas mayores del animal. Si es que no tiene problemas.
4 certezas:
Cierto que ducharse debe ser una verdadera terapia contra el fracaso. Desgracia que aquí en la Luna el agua está restringida y solamente se usa para beber, lo demás tienes que disimularlo a base de perfume... Un desastre.
Si no fuera por el gasto inencesario de agua me quedaria horas pensando debajo de la ducha....
Cyranobix!
Ohhh Cyrano! Es un placer contar con tu presencia por este rincón. No conocía vuestra restricción con el uso del agua... pero seguro que podéis suplir el momento terapia de ducha, por un momento Terapia antigravedad... a volar!
Brto!
Wooo, es que el discurrir del agua caliente sobre nuestra piel con los ojos cerrados, parece que nos hace entrar en una mini-burbuja. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Oh! el partido de la remontada con los hermanos Sáez jaja. Rescato una frase de nuestro equipo ese día... "Vichy no estás cumpliendo con lo que habíamos hablado, tú no corres pero te quedas arriba metiéndo goles". No corrió pero más tarde cumplió con goles :D
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