TUA Con un dedo de diamante

TontUrbAcción III

Hace unas semanas, subía caminando desde la biblioteca hacia mi casa con más hambre que un grillo en un bote, menos dinero que el que se estaba bañando y más frío que lavando rábanos... y de repente algo en mi campo de visión entorpeció todos estos sentimientos de ausencia [de comida, de liquidez y de calor corporal]... Delante de mi se dibujaron, nunca mejor dicho, unas trazas indecisas, brutas y talladas. No podía dar crédito a lo que estaba viendo a tres metros de mi presencia, así que me acerqué a corroborar la situación.

Punto y aparte, sí. La escena lo merece. Alguien, en su sano juicio por lo conspiradoras de las huellas arrojadas, había trazado unos cuartos de circunferencia más que sospechosos. Nada, salvo un grano de racionalidad puesto al servicio del momento, podría llevarme a extraer la conclusión que finalmente extraje. Aquel individuo pretendió emular al resto de baldosas que flotaban a su alrededor en aquella acera. Se habían producido dos bajas de dos baldosas, quien sabe si se abrían roto o fugado, y había que actuar con rapidez y economía de medios. Yo propongo dos alternativas:

1. Ante la criminal situación de las dos baldosas perdidas, dos funcionarios municipales se acercaron a la escena del crimen con una furgoneta también municipal cargada con una pequeña cementera plena de la crema pertinente. Vertieron el pastoso elemento sobre las cavidades y tuvieron la siguiente conversación. -Que feete queda esto, ¿no? -¿Y qué quieres que le hagamos? ¿Lo pintamos de fucsia? -Calla bolao... ahora verás...

2. Ante la criminal situación de las dos baldosas perdidas, dos funcionarios municipales se acercaron a la escena del crimen con una furgoneta, también municipal, cargada con una pequeña cementera plena de la crema pertinente. Vertieron el pastoso elemento sobre las cavidades y se marcharon. Dos jóvenes fervientes de talento caminaban minutos después por la misma acera, se encontraron con aquel lienzo en cemento y tuvieron la siguiente conversación. -Tío, tío. ¿Qué te parece? -Crema... tío, ¿estás pensando lo mismo que yo? -Tío, sí tío. -Venga... hazlo tú que yo me pongo nervioso solo de pensar que de aquí al MoMA...


Bua, no sé cual de las dos escenas es mejor... ambas despiertan en mi una profunda sensación de ternura. Gente con inquietudes en cualquier caso, con mayor o menor acierto, con mayor o menos delicadeza, con más o menos pulso, con más o menos conocimiento de causa, pero en cualquier caso, entrañables.

A esto, un año después, es a lo que yo llamaba TontUrbAcción. En este caso es un gesto de alguien poco trabajado, pero un gesto al fin y al cabo, que trata de unificar el espacio urbano hasta donde sus medios le permiten. ¡Me encanta!

¿Qué escena creéis que ocurrió? Al moho le ha dado un poco igual y ya ha comenzado a generarse su microcivilización sobre ese mismo lienzo...