18 enero 2010

Nuria Carrillo en Haití


La destrucción y el infierno que debe vivirse en estos momentos en Haití, creo que no se ajusta a alguna descripción que alguien, desde este lado del océano, pueda hacer. La experiencia debe ser algo para toda la vida.

Nuria Carrillo fue mi animadora en el grupo en el que yo militaba cuando tenía dieciocho o diecinueve años por aquellos años 2004 y 2005, Juventud de Acción Católica. Sí, nos reuníamos los cinco o seis integrantes del grupo católico que os he nombrado y compartíamos buenos ratos. Ella siempre se ha caracterizado por tener un corazón más grande que las arcas de la Iglesia, muy grande. Es una persona tierna, transparente, trabajadora, entregada y con una voluntad de hierro. Alguien que siempre parece que podría ser la mejor amiga que cualquier persona desea, amable y rebosante de simpatía.

Desde que aquella etapa terminó, sólo hemos podido coincidir de vez en cuando por Elda. He tenido noticias de ella durante estos años porque compartió estudios durante un Máster en Alicante con mi hermana. Y tal y como se podía prever, dos personas como ellas hicieron buena amistad.

Hace un par de meses mi hermana me comentó que Nuria se había ido con una ONG belga a Haití como cooperante. No me extrañó demasiado esa iniciativa suya de largarse al extranjero a echar una mano y a la vez aprender todo lo que pudiera en su campo. No estoy presumiendo de ser un gran amigo de Nuria, ni mucho menos, porque no es el caso. Sólo presumo de conocerla y de que una chica tan emprendedora como ella, naciese y creciese en Elda. De eso presumo y me siento orgulloso y muy contento por ella.

Hasta ahora no habíamos tenido noticias de ella. Y hoy, gracias al Información, hemos podido saber que se encuentra a la perfección, que está donde más se le necesita, ayudando en Haití. Si queréis saber un poquito más de la situación, haced click aquí.

Respecto a lo sucedido en Haití, y especialmente en Puerto Príncipe, no voy a pronunciarme. Sólo espero y deseo que vuelen lo más rápido posible los males quedan y van a quedar allí, y que nadie olvidemos esto cuando desaparezca de los medios de comunicación.

Quería contar que existe una persona, Nuria Carrillo, que desde Elda viajó a Haití para ayudar, y que en los peores momentos... allí se queda para seguir ayudando. Le deseo desde aquí todo lo mejor y todas las fuerzas del mundo. Es un pequeño homenaje y quería dároslo a conocer.